FOMENTO DE LA CULTURA VOCACIONAL EN LA COMUNIDAD HISPANA

Por Sor Ana Luisa Díaz, MCP

En la era digital, mientras tengamos señal de wifi, sabemos que estamos conectados con el mundo y podemos mantenernos en comunicación constante e inmediata. Sin embargo, constatamos que el abuso de estos medios, nos puede alejar de quienes están cerca, hasta perder la comunicación con los otros, el contacto con nosotros mismos y la capacidad de escuchar a Dios en la realidad. Es por esto, que se hace cada vez más necesario el promover la cultura vocacional que nos disponga a la escucha y el compromiso cristiano.

Podemos comenzar definiendo lo que es la vocación, para comprender lo que se entiende por cultura vocacional hasta llegar a algunas consecuencias prácticas dentro de nuestra realidad como comunidad hispana, llamada a dar frutos en la Iglesia de Estados Unidos.

La vocación está compuesta por el llamado divino, la respuesta humana y una misión en el mundo. Dios llama a cada persona de manera única, por el gran amor que nos tiene, responder a esta llamada requiere desarrollar la capacidad de discernir en dónde y cómo podemos corresponder a este amor. Discernir requiere escuchar atentamente, para distinguir las voces que nos rodean y reconocer a quién pertenece cada voz. Si hacemos un momento de silencio (exterior) y observamos los pensamientos que vienen a nuestra mente en el lapso de un minuto, podremos reconocer la variedad de ideas que nos habitan y van determinando nuestra manera de proceder. Dejarnos conducir por la voz de Dios y elegir qué camino tomar precisa preguntar al Señor por su querer para nuestra vida, confiando en la bondad de su voluntad que sobrepasa nuestros planes.

Hablar de la conciencia vocacional me recuerda a un retiro que tuve con adolescentes, les pregunté si ellos creían que Dios los llamaba, ellos respondieron inmediatamente que sí, les pedí que me lo demostraran. Cada uno contó su experiencia de cómo descubrió que podía seguir a Jesús, dando respuesta a necesidades, invitaciones, y en esto crecían como personas y al mismo tiempo construían comunidad, relaciones. Estos jóvenes son muestra de la sensibilidad vocacional que hemos de desarrollar cada uno, si queremos encontrar el sentido trascendente que tiene nuestra vida aquí y ahora. Preguntar a Dios a qué nos llama en este momento de nuestras vidas, implica poner los medios que nos disponen a reconocer su voz. Algunos de estos medios son: la oración, involucrarnos en nuestra comunidad, el acompañamiento espiritual, etc.

La página de la Conferencia de Obispos (USCCB) habla de la cultura vocacional, la cual busca que cada bautizado esté capacitado para responder a su misión dentro de la Iglesia y el mundo, haciendo referencia al Tercer Congreso Continental de las Vocaciones en América del Norte (2002). Las recomendaciones que dan para desarrollar esta cultura parten de la experiencia personal de encuentro con Dios que nos transforma y envía a dar testimonio dentro de la comunidad, hasta poder acompañar a otros en el proceso de discernimiento para ser miembros activos de la comunidad. La propuesta es que cada uno podamos revisar si hemos vivido este proceso que dura toda la vida. ¿Estamos comprometidos con Dios en el servicio a los hermanos?, ¿somos capaces de animar a otros para que descubran sus talentos y hacerlos fructificar?

El papa Francisco nos recuerda la vocación especial que tenemos los migrantes de dar “testimonio de Cristo y del amor de Dios en los países que los acogen” (Mensaje del DOMUND, 2022). Como hispanos traemos en herencia nuestra fe católica y la responsabilidad de transmitirla a las generaciones venideras. Y tal es el impacto de la comunidad hispana que la mitad de los adolescentes católicos en Estados Unidos es hispano, según el reporte del V Encuentro (2019). Otro dato es el proporcionado por el Center for Applied Research in the Apostolate, el cual indica que en el año 2022 el 22% de los varones ordenados en E.U.A. fueron latinos, entre migrantes y nacidos en este país. La cifra no es muy alta en comparación con la población hispana católica, sin embargo el avance debe continuar. El rostro joven de nuestra Iglesia, ha de brillar en cada ámbito a través del compromiso por fomentar la cultura vocacional, a la que nos hemos referido, la cual implica el esfuerzo de cada miembro por propiciar espacios de encuentro y misión.

El esfuerzo familiar para que cada miembro se sepa amado, cuidado y con responsabilidad por crear un ambiente en el que la fe sea parte de la vida, y asuma sus consecuencias prácticas. Muchos de los líderes juveniles tienen como testimonio a padres que se han comprometido en sus parroquias y a su vez, los jóvenes han llegado a ser católicos por convicción y no sólo por herencia.

Para llegar a esta convicción se requiere el esfuerzo de las comunidades parroquiales, al proporcionar espacios en que el joven se sienta acogido y capacitado para ejercer su rol como evangelizador de otros jóvenes a través de su presencia y servicio. He sido testigo del crecimiento de estos líderes y de la valoración que hacen de su propia voz y cultura, cuando son llamados a desarrollar sus talentos y son capaces de superar los retos que implica la misión. Cabe mencionar que la finalidad de la Pastoral Juvenil es que cada joven tenga la oportunidad de encontrarse con Cristo y sus hermanos, ejercer su liderazgo y hacer una opción vocacional, asumiendo así su lugar dentro de la Iglesia y el mundo. El compromiso de los adultos por acompañar estos procesos es una urgencia en nuestros días, de ahí el que descubramos que en esta misión se juega el presente de la Iglesia y su atención pastoral.

Valorar la propia vocación, la formación y el servicio, nos ayudará a acompañar a otros en la elección de un estado de vida. Los laicos como luz y sal del mundo, ya sean solteros o casados, edifican y dan soporte a la comunidad. Los religiosos y religiosas desde sus carismas congregacionales, son testimonio de la entrega exclusiva a Dios en el servicio a los hermanos. Los sacerdotes como guías espirituales nos muestran el rostro paterno de Dios que vela por sus hijos.

Como comunidad hispana en la Diócesis de Wichita, agradecemos el compromiso de nuestros pastores, al acompañarnos a vivir nuestra fe y santificarnos a través de la Palabra, los sacramentos y la diversidad de ministerios en los que reconocen nuestras necesidades específicas culturales. Gracias por transmitirnos a Dios en nuestro propio idioma y su acogida en la forma en que expresamos la fe. Un reconocimiento especial a los sacerdotes hispanos que se convierten en referencia para tantos jóvenes hispanos, de que es posible dar respuesta al llamado de Dios y servir al pueblo de Dios.

Espero que esta reflexión nos inquiete como hispanos en la urgencia de promover en nuestras familias y parroquias la conciencia y la acción pastoral necesaria para despertar en cada persona la alegría de saberse llamado por Dios a la vida, a la santidad, a ser su familia, a seguirlo en un estado de vida específico y dentro de éste a descubrir que podemos ofrecer al Señor nuestras vidas y unirnos en su sobra de salvación, reconociéndolo especialmente en los más necesitados.

En la página de la Diócesis de Wichita encontramos algunas sugerencias para abrir el camino a la cultura vocacional. Visita la página https://catholicdioceseofwichita.org/vocations/

A nivel nacional contamos con instancias dedicadas a la capacitación de laicos para desarrollar una pastoral juvenil hispana, como lo son el Instituto Fe y Vida, el Southeast Pastoral Institute (SEPI) y La Red (National Catholic Network of Pastoral Juvenil Hispana). En cuanto a recursos Diocesanos para el discernimiento vocacional tenemos el retiro Quo Vadis para hombres. Sobre discernimiento en vida religiosa, cada congregación tiene hermanas asignadas para brindar acompañamiento vocacional a las jóvenes con inquietud por descubrir el llamado de Dios para sus vidas, Fiat ministries ofrece retiros en esta línea. Por su parte cada parroquia cuenta con formación especial para la preparación matrimonial y a nivel Diocesano contamos con movimientos que acompañan a los matrimonios para la vivencia en plenitud de su vocación, como son Encuentros Matrimoniales y el Movimiento Familiar Cristiano Católico.

Como animadoras vocacionales, las Misioneras Catequistas de los Pobres proporcionamos acompañamiento espiritual que permita a la persona dar respuesta al llamado de Dios en sus vidas. A su vez nos encomendamos a sus oraciones de forma especial, el 2 de febrero en que la iglesia universal celebra de forma especial nuestra consagración desde el bautismo y como vocación específica.

Referencias recuperadas el 6 de Enero en:

https://vencuentro.org/wp-content/uploads/2019/04/V-Encuentro-Demographic-and-Religious-Statistics-EN.pdf

https://www.ncregister.com/news/a-step-in-the-right-direction-latinos-make-up-record-share-of-new-us-priests

https://www.usccb.org/beliefs-and-teachings/who-we-teach/pastoral-juvenil

https://www.usccb.org/es/beliefs-and-teachings/vocations/educators-and-youth-leaders/best-practices/how-to-build-a-vocation-culture

https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/missions/documents/20220106-giornata-missionaria.html

Papa Francisco, Christuts Vivit, 2019.